Paseo otoñal en Ordesa

Valle de Ordesa en Otoño
El pasado mes de Octubre fuimos unos días a Ordesa, nuestro paraiso personal, para poder apreciar el otoño en todo su explendor. Aunque acababa de llegar, ya podíamos apreciar los bellos colores que esta fantástica estación nos ofrece.
Pudimos llenar nuestros ojos de los colores amarillos, ocres, verdes pardos y marrones que las hojas tenían por esas fechas.
La ruta bién sencilla, un paseo por el fondo del valle desde el parking hasta llegar a Cola de Caballo y vuelta atrás. Ibamos 8 personas preparadas para sacar muchas fotos y pararnos a apreciar los infinitos rincones de este valle con estos colores, por lo que nos detuvimos bastante, y una ruta de unas 3 horas de ida nos llevó casi 5. Menos mal que a la bajada no nos detuvimos, sino...

Al poco de salir del parking, mirando atrás.












 La Virgen del Pilar, que marca el cruce de caminos hacia Cotatuero o hacia Soaso.












Nosotros en esta ocasión continuamos hacia Soaso.

















 Detalle de las raices de un haya rodeadas del manto marrón de sus hojas caidas dias atrás.












Las copas de  los árboles reflejan la luz del sol y brillan con fuerza. Al frente, Tobacor.












Detalle de una pequeña poza que había al lado del camino, llena de hojas.












Continuando el camino, llegamos a la zona de las cascadas.












 El sol a veces se nublaba y el paisaje se envolvía en una atmósfera de misterio.













Como estamos en otoño, época de setas. Esta es curiosamente muuuy blanca y brillante.













 Aquí me han pillado.

















Un vistazo a lo que va quedando por detrás y abajo, alguna cascada se aprecia.

















El camino continua ascendiendo suavemente, salvando el desnivel con cortos repechos que dan paso a tramos horizontales como este.












Aquí otro tramo, el bosque de las hayas, con su manto marrón en el suelo y las hojas amarillas resaltadas por el sol.












El amarillo intenso y radiante de este arbol, poco antes de llegar a las Gradas de Soaso nos deja alucinados.

















 Mirando hacia la Faja de Pelay. Los árboles que quedan por debajo de ésta aparecen con una gran variedad de colores.













 Las Gradas de Soaso. Poca agua, pero, en contraste, unos colores alucinantes de los árboles que las rodean.












 Reflejo del sol en una de las Gradas.












Nos acercamos al circo de Soaso. Dos de las Tres Sorores nos saludan... ¡HOLA!












 El punto desde donde hemos sacado la foto anterior se ve al fondo de esta foto, pero esta siguiente está sacada desde lo alto de la clavijas de Soaso.













Ya aquí abajo el lugar donde paramos a comer, al pié de la Cascada de Cola de Caballo, la cual me da tanta pena por la poca agua que lleva, que no la voy a poner.














Mientras algunos subieron las clavijas, otros nos hicimos amigos de la fauna autóctona. Esta es una Chova Piquigualda.












Después bajamos de nuevo hasta el parking para volver de nuevo a la civilización, no sin antes despedirnos del guardián de la entrada, el Tozal de Mayo.













Hasta otra!!!

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