Cuatromiles del Atlas
Mayo 2014
A principios de año me ofrecieron visitar Marruecos y coronar las cimas del Atlas; las cimas más altas de la parte norte de Africa. Era un proyecto a largo plazo, pero si queríamos pillar billetes baratos había que decidirse pronto, y así lo hice. Confirmé que iría. No me lo pensé dos veces y dije que sí, ya que me apetecía conocer esa zona de la cual tanto había oído hablar.
Así me embarqué en la aventura que me llevaría a coronar la cima más alta a la cual he llegado hasta ahora: el Toubkal, de 4167 metros de altura.
Así me embarqué en la aventura que me llevaría a coronar la cima más alta a la cual he llegado hasta ahora: el Toubkal, de 4167 metros de altura.
Pueblo de Aremd, desde donde empezamos nuestro trekkin. Desde nuestro desconocimiento,pensábamos que era Imlil, pero a la vuelta comprobamos que éste estaba más abajo. Es lo que tiene llegar de noche a un lugar desconocido en una furgoneta con cortinas de visillos, jajaja.
Nuestras mochilas grandes las subieron las mulas, mientras nosotros fuimos con una mochila "de ataque"
Poco después pasamos por el santuario de la "Piedra blanca" donde abundan las tiendas de recuerdos, zumos y bebidas frescas.
El paisaje, aunque muy agreste, rocoso y seco, de vez en cuando nos dejaba joyas en forma de cascada como esta.
Aproximadamente a la hora de comer, y con menos esfuerzo del pensado, llegamos al refugio, situado a 3207 metros de altura. El nuestro es el superior, ya que como se ve en la foto, hay 2 refugios.
Pasamos la tarde descansando y tomando el sol. Al día siguiente había que madrugar, pues el día prometía ser largo, así que nos fuimos pronto a la cama.
El día siguiente, con las primeras luces que veíamos por la zona de Marrakech, al norte de nosotros,
nos pusimos en marcha hacia las cimas más altas.
Poco a poco fuimos remontando esta pedrera hasta llegar a un collado que está casi a 4000 metros de altura. La figura de blanco es "Slash" (como yo le apodé), un bereber que subía en chanclas, con una botella de plástico vacia y una "guitarra" típica de su tribu. hacía ese recorrido cada pocos días, hasta la cima y bajar por el Oeste.
¿Dónde queda el refugio? pues vamos a verlo con las primeras luces del sol dando en las montañas de enfrente.
Llegamos al collado y a la izquierda vemos la más alta cima: Toubkal, y el camino de subida.
A la derecha, tenemos nuestra primera cima del día, el Toubkal Oeste.
Y al otro lado del collado, un espectáculo precioso: un mar de nubes allá abajo. Puffffff, que bonito... ¡Anda, un pájaro, jeje!
Y el camino por el que hemos subido, que en el ultimo tramo se ha suavizado, es este.
Nos dirigimos al Toubkal Oeste, de 4030 metros, y hacemos la primera cima del día. Una trepada muy sencilla al final y ya estamos arriba. ¡Foto de cima!
Desde aquí observamos la cima principal. ¡Ahora vamos!
Al poco rato llegamos al la cima principal, un camino sin complicaciones y muy fácil, una cima sencilla, un cuestorro de piedras. Sin nieve, la dificultad de esta cima es escasa, a no ser por la altura, que son 4167 metros. Hasta la fecha, es mi record de altitud.
Las vistas desde la cima son espectaculares. Hacia el Oeste persiste el mar de nubes.
Al nor-oeste se puede ver Aremd, el pueblo al cual llegamos casi dos días atrás y confundimos con Imlil, que queda totalmente tapado por las nubes algo más al norte.
Emprendemos la bajada y lo hacemos camino del barranco donde están los restos de un avión
estrellado años atrás. Impresiona ver esos trozos de metal desperdigados barranco abajo.
Al final de ese otro barranco vemos el refugio a nuestra izquierda y parte del barranco por el cual subimos ayer. La jornada termina y ha sido fantástica.
Al día siguiente volvimos a salir con el amanecer camino de otros dos cuatromiles, pero en vez de ir hacia el oeste del refugio, como el día anterior, esta vez nos fuimos hacia el sur. Dejamos el refugi atrás con las primeras luces.
Vamos recorriendo un precioso valle, mirando de vez en cuando hacia atrás. Hoy el camino es de ida y vuelta, no circular como el día anterior.
Llegamos al collado Tizi-n-Ouagane y giramos al oeste para empezar una trepada sencilla. Pasamos por estas bellas agujas en nuestro camino de subida, a unos 3800 metros de altura más o menos.
El valle que queda al norte, y del cual venimos, es precioso. Estamos ahora en una zona más sencilla y solo resta caminar hasta las dos cimas de hoy.
Y llegamos al Ras, de 4083 metros. Una cima disfrutona.
El Timesguida (4089 metros, segunda cima de la cordillera en altura), tras un paseo por las cumbres, casi sin perder altura de una a otra.
Volvemos a bajar por el mismo valle, que a cada paso me parece más bonito. Hemos de llegar a comer al refugio, pero no hay problema, vamos sobrados de tiempo.
Seguimos bajando el valle y llegamos al refugio, al osais de verdor en medio de este secarral de piedras marrones.
Tras la comida, continuamos la bajada hacia Imlil
Valle abajo, empiezan a llegar las nubes, perecen amenazantes pero se quedan en nada.
Volvemos a la zona donde está la roca blanca, rodeada de mitos y leyendas.
¡Hey!, nuestras mulas nos adelantan y se paran a descansar y esperarnos.
Allí compramos algún recuerdo y descansamos un rato antes de continuar bajando hacia Aremd.
Por lo menos, una foto de grupo, ¿no? Pues sí aquí estamos todos los componentes, con nuestra compra en la zona de tiendas que rodean la piedra blanca. El turbante azul, que sacamos tras regatear un buen rato con el vendedor.
Tras estos días por el Atlas nos bajamos a hacer turisteo por Marrakech unos cuantos días, pero esto es otra historia y será contada en otro momento y lugar, pues aquí estamos sólo para relatos de montaña y aventuras.
Fueron unos días fantásticos con un grupo de gente muy interesante y geniales. Disfruté mucho de este lugar, el cual es muy atractivo. Fue una aventura en la cual todo salió perfecto, a pedir de boca.
La organización de 10, y los contactos, la gente, el ambiente y el lugar, todo genial.